Escuela Normal Superior
Domingo Faustino Sarmiento
-San Miguel-
BANCO DE SANGRE INSTITUCIONAL
Proyecto de Creación y Puesta en Marcha
Resumen de la propuesta
La Escuela Normal Superior de San Miguel es una unidad académica conformada por todos los niveles educativos desde el inicial hasta el superior (que ofrece cuatro carreras de profesorado: de Educación Inicial, de Educación Primaria, de Educación Especial, y de Física con trayecto en Ciencias Naturales). Entre alumnos, estudiantes, y personal docente y no docente, cerca de 5000 personas la transitan cotidianamente.
No es extraño que en una comunidad tan grande acontezca todo tipo de situaciones, incluso la emergencia de casos de enfermedades de gravedad inusual. Una serie de hechos de este tipo, que nos comprometieron en la colaboración para la búsqueda de dadores de sangre, nos hicieron tomar conciencia de que asistematicidad con que frecuentemente se responde a estas circunstancias no garantiza la disponibilidad de dadores ni la prontitud de su respuesta.
Motivados y sensibilizados por esta circunstancia, en una reunión del Taller Integrador Interdisciplinario (TAIN – que articula la tarea de los profesorados de Educación Inicial, Primaria y Especial) la Dirección de la Escuela propuso tratar este problema. En ese marco se discutieron vías posibles de acción, entre las que surgió la idea de indagar acerca de las posibilidades para articular un proyecto con un banco de sangre. La institución elegida fue el Banco Regional de Sangre, con sede en Campo de Mayo: la Fundación Hematológica Sarmiento (FuHeSa)[1].
Fundamentación
En nuestra Escuela concebimos a la Educación como un derecho fundamental e imprescindible para el ejercicio de todos los demás derechos: es a través de ella que se promueve la formación integral de las personas –formación que se extenderá a lo largo de toda la vida– a través de la provisión de las herramientas necesarias para definir y desarrollar sus proyectos de vida.
“La educación en derechos humanos debe conducir a las personas a reconocerse como seres dotados de dignidad por su sola condición de personas y, como tales, sujetos de derechos. Debe empoderarlas para que asuman mayor control sobre sus vidas y actúen para transformar su realidad. (…) De aquí que la Educación en Derechos Humanos ha de ser una educación EN y PARA los derechos humanos: EN su ideología y PARA su puesta en práctica”. (Rodino, 2008)
Esta noción de integralidad no sólo nos incluye a todos, sino que implica la adopción de una propuesta educativa en la que consideramos a la vez la multidimensionalidad constitutiva de cada una de las personas que la transitamos y formamos parte de ella, y la pluralidad constitutiva de la comunidad que conformamos y de la que somos parte. En consecuencia, esta doble consideración incide sobre nuestro enfoque de los contenidos, las opciones metodológicas a las que adherimos, el modo en que definimos el vínculo pedagógico, la relación que promovemos entre nuestra Escuela y nuestra comunidad, y –más ampliamente- con el sistema educativo en el que está inscripta y del que también somos parte.
En este mismo sentido entendemos que como Escuela conformamos el dispositivo de formación privilegiado para esta tarea, en tanto lugar de encuentro de las diferentes formas de ser y estar en nuestra sociedad.
“La escuela como instancia formalizadora de la educación, es el espacio privilegiado para desarrollar procesos de cambio social, porque ella misma es un microcosmos, donde los estudiantes pueden aprender y ejercer los derechos más allá de las áreas especificadas en el currículum. Muchas de las situaciones presentes en el mundo entero son replicadas a pequeña escala en la escuela y, por tanto, es importante reconocer este hecho y no concebir el espacio educativo como neutro, un lugar aséptico donde nada de lo que sucede fuera de los muros de la institución influyen en el proceso educacional.” (Tchimino, 2008)
Es por esto que asumimos que nuestra responsabilidad es aportar a que se garantice el derecho de todas las personas que la transitan –especialmente los niños, niñas, adolescentes y jóvenes en formación– a desarrollar su personalidad, sus aptitudes y su capacidad mental y física hasta el máximo de sus posibilidades, respetando su nacionalidad, género, creencias religiosas, tradiciones y costumbres, tiempos de aprendizaje y características cognitivas, y todas las condiciones y particularismos que hagan a su singularidad y subjetividad, promoviendo la valoración mutua de las diferencias como constitutivas de la diversidad. Diversidad que no es una entelequia ni un horizonte teórico, sino que hace, distingue y significa a la singularidad colectiva que nos implica.
“Construir una subjetividad autónoma implica en general seguir los dictados de cuatro imperativos: Démonos un cuerpo, démonos un mundo, démonos un pensamiento y démonos una ética. Al relacionar dichos imperativos con los derechos humanos tenemos que éstos requieren de un cuerpo como espacio de goce de los derechos humanos; que implican una concepción del mundo y una voluntad transformadora de éste; que están fundamentados desde paradigmas que parten de una concepción sobre la dignidad humana y que como la ética plantean formas de autorregulación para poder vivir en sociedad. La propuesta de construcción de subjetividades se desarrolla siguiendo unos recursos pedagógicos que facilitan el proceso tanto de enseñanza como de construcción del conocimiento.” (Restrepo, 2008)
Dada esta singularidad colectiva en la que todos estamos implicados y a la que todos aportamos, tampoco podemos soslayar la consideración del contexto al definir y tomar posición respecto de lo que consideramos una educación en y para los derechos humanos.
“Los contextos son determinantes para el surgimiento y el desarrollo de las ideas-fuerza y el pensamiento de la educación en derechos humanos. Son el resultado de las múltiples interrelaciones con las formas variadas del medio y las vicisitudes políticas, sociales, culturales y económicas que los países confrontan. La educación en derechos humanos no está escindida de su entorno, por el contrario, se vincula en una mutua relación con éste, de suerte que es inseparable de su contexto, pero también lo retroinforma, lo retroalimenta y por sobre todo apuntan a la transformación del contexto.” (Magendzo, 2008)
“La EDH (Educación en Derechos Humanos) debe asumirse como un compromiso de promoción activa de los derechos humanos con una doble dimensión: política y pedagógica. Como dos caras de la misma moneda, el esfuerzo por educar en derechos ha de responder tanto a la compleja realidad de los distintos escenarios sociopolíticos donde se realiza, como a las exigencias y condiciones de la labor educativa propiamente dicha, a su especificidad como trabajo pedagógico sobre un objeto de estudio también específico, complejo y multifacético.” (Rodino, 2008)
En síntesis, entendemos a la Educación como un proceso de apropiación y ejercicio pleno de derechos y de construcción de ciudadanía. En palabras de Rosa María Mujica (2008, pág. 244) “buscamos humanizar la práctica educativa creando condiciones para que las personas aprendan a ser solidarias, viviendo la solidaridad; a ser justas, viviendo experiencias de justicia; aprendan a estimarse y a estimar a los otros, siendo estimadas y queridas”.
“Una educación en derechos humanos debería lograr que los derechos humanos, como exigencia moral universal, alcancen su concreción y se manifiesten en las costumbres.” (Mujica, 2008)
Para que este proceso sea posible y efectivo, Mujica (2008) plantea que debe ser precedido por la reflexión en torno de tres preguntas-eje:
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¿Bajo qué paradigma se construye una visión integral del ciudadano acorde a los retos de la democracia?
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¿Cómo integrar el enfoque de la educación en derechos humanos y en democracia al currículo?
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¿Es posible un ejercicio articulador de estas perspectivas?
En primer lugar, en nuestra Escuela estamos convencidos de que para que este proceso de apropiación y ejercicio pleno de derechos y de construcción de ciudadanía sea posible, es necesario superar una matriz de interpretación sobre los derechos humanos (en adelante DDHH) que se ha transformado en obstáculo epistémico: se ha ido consolidando una cierta forma de pensar en los DDHH vinculándolos casi exclusivamente a su violación durante la última dictadura, y extendiendo esta consideración a la violencia institucional por parte de las agencias del Estado, especialmente la violencia policial. Esto es, se ha homogeneizado la interpretación sobre los DDHH y no está suficientemente extendida la convicción de que deban considerarse a los derechos económicos y sociales como parte de esta discusión.
A contracorriente de esta mirada sesgada, en nuestra Escuela –tal como sostiene Mauro Casa González (2009) al analizar la génesis y los tipos de Estado de Bienestar– estamos convencidos de que la inclusión de los derechos sociales en la discusión respecto de qué derechos humanos (DDHH) y para quienes, es lo que permite que se complete la noción ciudadanía. Asimismo, estamos convencidos de que la incorporación de los derechos sociales no sólo promueve la ampliación de la igualdad formal, sino que favorece la igualdad material de la sociedad, al permitir la canalización efectiva de los planteos y demandas de los sectores desposeídos. No alcanza con sostener y defender la idea de que todos tenemos los mismos derechos: es necesario que nos comprometamos en la tarea –desde el lugar que nos compete como educadores- de que esa igualdad se haga efectiva.
Entendemos, justamente por esto, que nuestro compromiso con Educación no debe restringirse sólo a este derecho, sino que la entendemos como una verdadera educación en y para todos los derechos sociales, entre los que está incluido el derecho a la Salud. Y así la entendemos porque es nuestra convicción que, en la medida en que estos derechos se alcanzan y se implementan, se amplía y redefine la noción de Ciudadanía.
Esta convicción es coincidente con los esfuerzos que desde la política educativa nacional y provincial se están llevando adelante, y se articulan regionalmente a través de los acuerdos firmados por los Ministros y Secretarios de salud, que renovaron en el marco de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) su compromiso con la Agenda de Salud para las Américas (2008-2017). En esta Agenda se afirma a los derechos humanos como principios y valores, y se estipula como propósito hacer realidad el derecho al goce máximo de salud que se pueda alcanzar, por lo que los países se comprometen a procurar el logro a la universalidad, accesibilidad, integralidad, calidad e inclusividad en los sistemas de salud dispuestos para individuos, familias y comunidades”. (OPS-OMS, 2010. Punto 2)
Es por esto que la Organización Panamericana de la Salud y la Organización Mundial de la Salud proponen a los países asociados para el período 2008-2017 (OPS-OMS, 2010. Punto 21 e) el desarrollo de estrategias de capacitación, concientización, educación e información sobre salud y derechos humanos.
Entendemos que trabajar en este sentido desde nuestra Escuela no será tarea fácil. Por una parte, porque la educación en y para el derecho los derechos sociales –como el de la Salud- es producto de gestiones colectivas: debemos abrirnos al trabajo con toda la comunidad y con otras instituciones para lograrlo. Por ello apelamos a las familias, pero también al trabajo coordinado con el Banco Regional de Sangre, sin cuya colaboración este trabajo sería imposible.
Por otra parte, porque tal como lo plantea Rodino, una educación en derechos humanos es educar en ciertos valores. No se trata sólo de “armar un banco de sangre”. Se trata de que su puesta en marcha conlleve implicancias pedagógicas profundas: nos “obliga a revisar los referentes habituales del trabajo educativo –los fines, lo contenidos (currículo), la metodología, la concepción de educador y educando, los espacios de aprendizaje y la institucionalidad escolar- desde una óptica diferente, crítica. No se ofrecen fórmulas ni soluciones rápidas: se busca que los educadores tomen conciencia y se problematicen, reposicionándose para revisar sus propias prácticas educativas y vitales, tanto como las del sistema educativo en su conjunto, a fin de hacerlas más humanas y humanizadoras”. (Rodino, 2008)
“Los Derechos Humanos no son objeto de conocimiento; no es posible su transmisión desde un modelo ostensivo-declarativo. Los Derechos Humanos son un saber que se construye, y como tal se enraízan en la subjetividad, la que se constituye en el vínculo con el otro, pero también son un legado de generaciones precedentes. La participación es la condición necesaria para esa construcción. El aprendizaje de los mismos sólo será posible si éstos son respetados en el vínculo. Se juegan en la posibilidad o no de circulación de poder”. (Serpaj, 2004)
“Educarse en derechos humanos es un proceso de transformación personal que deben realizar juntos educadores y educandos, es un aprender a valorarse uno mismo como persona (autoestima) y aprender a reconocer y valorar al otro como un igual (alteridad)”. (Rodino,2008)
Nuestra opción en este sentido –y en la misma línea en que lo expresa Casa González- es desmercantilizar la valoración que tiende a instalarse sobre los derechos sociales, para colaborar en la construcción de una acción colectiva para su promoción, desde una perspectiva centrada en la solidaridad mutua. En el caso particular del derecho que nos ocupa en este proyecto, el derecho a la libre disponibilidad de sangre y componentes –como uno de los derechos implícitos en el más genérico derecho a la Salud, uno de los derechos sociales esenciales– se puede percibir claramente esta lógica mercantilista en su valoración. Tal como está organizado el sistema de colecta y donación de sangre y componentes en la actualidad, debería estar garantizada su disponibilidad para toda la población. Sin embargo, la falta de concientización colectiva respecto de que la única forma de garantizarla es a través de la donación altruista más allá de la necesidad inmediata de contribuir como donante para un paciente en particular, lleva a que no siempre estén disponibles las unidades requeridas en el lugar en que se las necesita. El modo que el sistema ha encontrado de compensar esta falta es a través de la solicitud de donantes (en diferente cantidad según la presunción de necesidad) a los pacientes en situación o riesgo de requerir una transfusión. Pero no todos los pacientes consiguen los donantes requeridos: no son pocos los que –teniendo posibilidades económicas para hacerlo o recurriendo a otras contraprestaciones– ofrecen algún beneficio a cambio de la donación. Si bien este tipo transacción está penada por ley, también está reconocido que es un hecho que puede ocurrir y que de hecho ocurre: en el cuestionario de pre-donación[2] del Banco de Sangre con que estamos trabajando en este proyecto hay dos preguntas específicas que excluyen al donante que responde afirmativamente a cualquiera de ellas. En cuestionarios de otras instituciones hemos constatado la existencia de estas mismas preguntas. Y es lógico que así ocurra. La disposición a negociar la propia sangre vuelve sospechosa la calidad de la seguridad que puede ofrecer; a la vez que instala una mecánica que favorece la inequidad y propende a segmentar la población entre proveedores y beneficiarios[3].
Creemos que la Escuela, como expresión más concreta y socialmente reconocida del Derecho a la Educación, es el lugar privilegiado para promover los aprendizajes y una concientización creciente respecto de los Derechos Sociales. En este caso, del Derecho a la Salud. Y creemos que es el lugar privilegiado puesto que puede hacerlo a través de una acción colectiva que no solo concientice sobre una necesidad generalmente inadvertida, sino porque también puede contribuir a la generación de una acción colectiva que garantice su satisfacción.
“(…) la EDH es un trabajo ético, crítico y político, situado en contextos reales y concretos, y a la vez comprometido en la construcción de los contextos deseables.” (Rodino, 2008)
Es por esta razón que las acciones que nos proponemos realizar desde este Proyecto contemplan “lo corporal y lo subjetivo”, acciones en las que “un elemento clave es la relación pedagógica que establecen los educadores con los educandos; en ese vínculo se van incorporando los contenidos de esta dimensión. El fin es la promoción de la autoestima y de las relaciones humanas, la incorporación de los sentimientos en la educación de los derechos humanos, la promoción del autoconocimiento y el conocimiento de la realidad de los otros.” (Mujica, 2008) Y lo hacemos con el propósito de promover el desarrollo de un sentimiento de responsabilidad “como responsabilidad para con el otro, como responsabilidad con el otro, así pues, como responsabilidad para lo que no es asunto mío o que incluso no me concierne (…) El otro no es próximo a mí simplemente en el espacio, o allegado como un pariente, sino que se aproxima esencialmente a mí en tanto yo me siento –en tanto yo soy- responsable a él. La responsabilidad exige desubjetivarse, deponerse como ego, desertar de uno mismo para ser fiel a uno mismo”.
Creemos, asimismo, que este doble proceso –por un lado, de apropiación y ejercicio pleno de derechos y de construcción de ciudadanía; y por el otro, de construcción de una acción colectiva para su promoción, desde una perspectiva centrada en la solidaridad mutua– debe enmarcarse en una perspectiva crecientemente ampliada de Educación en y para los Derechos Humanos, que integre la problematización crítica de los grandes problemas y desafíos que enfrenta la sociedad en general, y nuestra comunidad de referencia en particular. Coincidimos con Marcela Tchimino (2008) en que ”la educación adquiere significancia en la vida de las personas cuando los aprendizajes adquiridos en este proceso se fundan desde lo cotidiano, es decir, se sustentan en la necesidad de cambiar una cultura que transmite la valoración por lo externo, lo especializado, lo profesional, por una cultura que reconoce en las situaciones concretas una oportunidad educativa que potencia el sentido de identidad y pertenencia con un entorno y un contexto.”
En el caso particular de nuestra comunidad, tal como anticipamos en el Resumen de la propuesta, percibimos una necesidad no suficientemente concientizada colectivamente respecto de la provisión de sangre y hemocomponentes como requisito para garantizar el derecho a la salud.
Este proyecto es fruto de nuestras creencias y del compromiso con la Educación en y para los Derechos Humanos –que asumimos como inescindible de la Educación en sí- que asumimos a partir de ellas.
Lo que no se siente no se entiende, y lo que no se entiende no interesa.
Rosa María Mujica (2008)
Objetivos
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Generar una concientización creciente respecto de que la extensión de los derechos sociales se alcanza a partir de la acción colectiva para instalar su reconocimiento y garantizar su satisfacción.
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Promover una concientización creciente respecto de que la donación altruista de sangre es la única forma de garantizar colectivamente su libre disponibilidad.
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Garantizar la libre disponibilidad de unidades de sangre y/o sus componentes para los miembros de la comunidad educativa que las requieran.
Acciones
ACCIONES |
CRONOGRAMA |
RESPONSABLES |
DE CONTACTO
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Agosto 2013 |
Prof. Viviana Taylor |
DE DETERMINACIÓN DE ACUERDOS Definición del tipo de asociación entre la Escuela Normal Superior de San Miguel (ENSSM) y FuHeSa:
Indagación en reuniones de personal por nivel (inicial – primario – secundario – superior) respecto del nivel de percepción y sensibilización de necesidad de cobertura de donantes de sangre por parte de los docentes de la ENSSM para cubrir la demanda de donantes en caso de necesidad; y de sus expectativas frente a la creación de un Banco de Sangre institucional para cubrirlas.
Definición de las expectativas de la ENSSM respecto del alcance del acuerdo con FuHeSa.
Establecimiento de compromisos:
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Septiembre 2013
Marzo 2014
Abril 2014
Mayo 2014 |
Por FuHeSa: Coordinador Técnico Fernando Álvez Álvarez Por ENSSM: Profesora Viviana Taylor
Dirección de cada nivel
Consejo Directivo de la Unidad Académica de la ENSSM (directoras de los niveles desde Inicial a Superior)
Por la ENSSM: Consejo Directivo de la Unidad Académica, ex Preceptora de la EES Sra Alejandra Parise, Profesora Viviana Taylor Por FuHeSa: Técnico Miguel Petta |
DE PUESTA EN MARCHA DEL PROYECTO
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Mayo 2014
Mayo 2014
5 de junio de 2014
Desde junio de 2014 Con continuidad |
Directoras de cada nivel
Profesora Viviana Taylor
Técnico Miguel Petta
Docentes y estudiantes que recibieron la capacitación.
Directoras y docentes
Profesores administradores del sitio web y del perfil de la escuela en las redes sociales
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Primera campaña de determinación de grupo y factor de sangre
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Primera quincena de julio
16 y 18 de julio de 2014 |
Docentes del área de las Ciencias Naturales.
Organización: Dirección, docentes referentes y estudiantes delegados de curso de 6º año de la EES. Determinación: personal técnico de FuHeSa. |
Primera Campaña de Colecta de Sangre
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12 de Septiembre de 2014
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Organización: Dirección, docentes referentes y estudiantes delegados de curso de 6º año de la EES.
Docentes de los niveles inicial y primario; docentes del área de las ciencias naturales en la EES; Profesora Viviana Taylor en el ISFD. Profesores administradores del sitio web-blog institucional y del perfil de la escuela en Facebook Colecta: personal técnico de FuHeSa. |
DE EVALUACIÓN
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Permanente
Septiembre-Octubre 2014 |
Consejo Directivo de la ENSSM y FuHeSa. |
Impacto previsto
Nuestra expectativa es que en la primera campaña de colecta (prevista para 2014) promediemos los 300 donantes. Y que logremos un alcance superior en las subsiguientes, estabilizándonos en alrededor de 1000 donantes anuales en el término de cuatro años.
Esta expectativa la sostenemos en una previa: que el proyecto sea reconocido y valorado en su significatividad por los destinatarios, logrando un alto impacto tanto en la comunidad educativa como –por extensión- en la comunidad local. Para ello, además de la difusión intrafamiliar, a través de nuestros alumnos y estudiantes, estamos apelando a su difusión a través de Facebook (en tanto la red social más difundida en nuestra comunidad educativa y local), donde ya hemos ido recogiendo algunos comentarios alentándonos y solicitando información. Apelaremos, además, a los medios de comunicación locales (radiales, gráficos y televisivos) para informarlos de nuestras campañas e invitarlos a que nos acompañen en su difusión.
Una expectativa derivada y de más largo alcance, es que dado que somos una Escuela que ha nacido como formadora de docentes, los futuros profesores que egresen lo hagan comprometidos con la necesidad de formar a sus propios alumnos y estudiantes en la concientización de los DDHH, entre los cuales no soslayen el derecho a la salud. Y que colaboren en el crecimiento y la consolidación de una red colectiva de donantes altruistas, como única forma de garantizar la libre disponibilidad de sangre y sus componentes cuando se los requiere.
Destinatarios
Comunidad educativa de la Escuela Normal Superior de San Miguel (que se extiende a los distritos de San Miguel, José C. Paz y Malvinas Argentinas)
Bibliografía
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Casa González, Mauro. Estados de bienestar. Sus formatos de protección socioeconómica, en relación a la categoría de ciudadanía social. Un diálogo con los estudios de G. Esping-Andersen y T. H. Marshall. Junio de 2009
INFOD – Ministerio de Educación. Presidencia de la Nación. Educación y Ampliación de Derechos. Seminarios Virtuales 2014. Clase 1 – Educar en la ciudadanía y en los derechos humanos para la Formación Docente. Clase 4 – El derecho a la Memoria, la Verdad y la Justicia
Magendzo K., Abraham. Ideas-fuerza y pensamiento de la educación en derechos humanos en Iberoamérica. Cátedra UNESCO EDH/UAHC. Fundación IDEAS. Noviembre 2008. En Magendzo K., Abraham. Pensamiento e ideas-fuerza de la educación en derechos humanos en Iberoamérica. Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura. Organización de Estados Interamericanos para la Ciencia y la Cultura. 2008
Magendzo K., Abraham. Pensamiento e ideas-fuerza de la educación en derechos humanos en Iberoamérica. Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura. Organización de Estados Interamericanos para la Ciencia y la Cultura. 2008
Mujica, Rosa María. Ideas-fuerza de la educación en derechos humanos en el Perú. Instituto Peruano de Educación en Derechos Humanos y la Paz. Perú. En Magendzo K., Abraham. Pensamiento e ideas-fuerza de la educación en derechos humanos en Iberoamérica. Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura. Organización de Estados Interamericanos para la Ciencia y la Cultura. 2008
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Ramírez, Gloria. La Educación en derechos humanos en México. Ideas-fuerza, tensiones y retos. En Magendzo K., Abraham. Pensamiento e ideas-fuerza de la educación en derechos humanos en Iberoamérica. Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura. Organización de Estados Interamericanos para la Ciencia y la Cultura. 2008
Restrepo Yusti, Manuel. Apuntes para una reflexión sobre pedagogía de los derechos humanos en Colombia. En Magendzo K., Abraham. Pensamiento e ideas-fuerza de la educación en derechos humanos en Iberoamérica. Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura. Organización de Estados Interamericanos para la Ciencia y la Cultura. 2008
Rodino, Ana María. Ideas-fuerza que impulsaron el desarrollo de la educación en derechos humanos en América Latina durante las tres últimas décadas: Una lectura regional. Instituto Interamericano de Derechos Humanos – IIDH Junio 2008. En Magendzo K., Abraham. Pensamiento e ideas-fuerza de la educación en derechos humanos en Iberoamérica. Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura. Organización de Estados Interamericanos para la Ciencia y la Cultura. 2008
Serpaj. Revista Educación y Derechos Humanos. Año XVI, Nº 46, septiembre 2004
Tchimino, Marcela. Reflexiones en torno a la educación en derechos humanos en Chile. En Magendzo K., Abraham. Pensamiento e ideas-fuerza de la educación en derechos humanos en Iberoamérica. Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura. Organización de Estados Interamericanos para la Ciencia y la Cultura. 2008
[2] Fu.He.Sa. Información confidencial. Anamnesis Pre-donación de Sangre o Componentes.
(50) ¿Está donando para que le hagan la prueba del SIDA?
(51) ¿Recibió dinero o algún tipo de compensación para donar sangre?
[3]Otra prohibición específica recae sobre los propios laboratorios de hemoterapia y bancos de sangre: no pueden ofrecer dinero ni regalos (excepto algún recuerdo de agradecimiento, como una birome o calcomanía) ni una licencia laboral más amplia que la que prescribe la ley, que alcanza al día de la donación.